El funcionamiento de un fondo de inversión es bastante sencillo. A grandes rasgos, el partícipe compra una serie de participaciones del fondo y lo deja en manos de la gestora, cuyo cometido será el de hacer crecer esos ahorros a corto, medio o largo plazo.
Al invertir en un determinado fondo de inversión, se te asigna un número determinado de participaciones, que irá aumentando si entran nuevos partícipes. Es lo contrario a lo que ocurre con las acciones de Bolsa, cuyas acciones no varían.
Dividir el patrimonio del fondo de inversión entre el número de participaciones es lo que nos dará el valor real de cada participación, que será, a su vez, el valor de venta de tus participaciones cuando quieras dejar el fondo.
Si decides vender todas tus participaciones tendrás que pagar los impuestos de la diferencia entre el valor de compra y venta, al igual que ocurre en Bolsa con las acciones. Sin embargo, con los fondos de inversión, que no con las acciones en Bolsa, no hay que pagarle a Hacienda si reinviertes esos ahorros en comprar participaciones de otro fondo.
Eso sí, aunque puede ahorrar en este paso, en los fondos de inversión también existen comisiones. Los fondos cobran comisiones cuando compras (por la suscripción) y cuando vendes, así como por el trabajo de la entidad gestora.
I. ¿Qué es un Fondo de Inversión?
II. Cómo Funciona un fondo de inversión